Alfabetización siglo XXI: reflexión de Adrián Paenza

Quisieramos compartir una nota escrita por el científico Adrián Paenza que pone en discusión qué condiciones se necesitan para la alfabetización actual, Según Paenza, la revolución tecnologica y las TIC’s han llevado al mundo a un nuevo nivel, en el cual solamente saber leer o escribir, no es suficiente. Publicado el 24 del 2013, en Página 12.

Alfabetización siglo XXI, por Adrián Paenza para Página 12.

alfabetizacion digital

Es un momento muy particular del país: entiendo que la noticia principal, tapa de todos los diarios del mundo, sea Bergoglio elegido Papa. De acuerdo. Pero el martes 12 de marzo se produjo un acontecimiento que no vivíamos desde hace más de 60 años: se convoca a un acto en la Casa Rosada para que una presidenta y un ministro de un área que nunca existió anuncien que hay un grupo de personas que está pensando el país que se viene. O, por lo menos, un país posible, el que nos gustaría ser.

Sí. Aunque parezca loco, por primera vez desde que yo recuerde, parece como que nos hemos decidido a que “no nos vaya saliendo ‘país’ a medida que lo vayamos viviendo”, sino que hemos decidido “planificarlo”. Una obviedad: planificar el futuro. ¿Qué país queremos ser? ¿Viviremos toda la vida pendientes de la ganadería y del campo?(1) No reniego de nuestros recursos naturales tradicionales: muy por el contrario. Pero teniendo tanto potencial, ¿podemos seguir dependiendo de si sube o no la soja?

Creo que podemos permitirnos ilusionarnos con algo más, pero para eso hacía falta dar un primer paso, un enorme primer paso, y eso fue lo que anunciaron Cristina Kirchner y Lino Barañao: aumentar el presupuesto de Ciencia y Técnica. Llevarlo del 0,65 por ciento del PBI que se invierte ahora al 1,65 por ciento.

¿Tiene noción usted de lo que significa este anuncio? Lo voy a poner en perspectiva: cuando elegimos presidente en 1999, voté a la Alianza porque –entre otras cosas– en la plataforma figuraba que si llegaban a ser gobierno aumentarían el presupuesto de Ciencia y Técnica de un 0,4 por ciento al 1 por ciento. Es decir, dos veces y media la inversión que se hacía hasta el momento. Yo me lo creí.

Cuatro meses después de la elección, Horacio Verbitsky y yo entrevistamos a Dante Caputo, quien había sido designado secretario de Ciencia y Técnica, el equivalente de lo que hoy es Lino Barañao, pero sin el cargo de ministro, con un rango muchísimo más inferior. Siempre creí que querían premiar a Caputo ofreciéndole algo, y como estaban todos los lugares ocupados y quedó libre Ciencia y Técnica, hacia allá fueron. Pero me desvié. Cuando le preguntamos si el aumento se haría por etapas y de dónde se conseguirían los recursos, Caputo me miró fijo y me contestó (sic): “Pero Paenza, usted sabe que esos números son imposibles. Es mucho dinero. Es un número inalcanzable”.

Es decir, tanto yo como todos aquellos que elegimos leer la plataforma de un partido para saber por qué habríamos de votar a unos y no a otros, fuimos virtualmente “estafados”. Peor aún: Caputo lo asumía con total naturalidad, como quien entiende que el arte de la política es engañar a quienes necesitan seducir para conseguir los votos. Una vez conseguido el objetivo, escaparse con el botín sin despeinarse.

Pero vuelvo al presente. Curiosamente, el anuncio reciente involucra –aproximadamente– multiplicar el porcentaje actual otra vez por 2,5 como en la época de la Alianza. Por supuesto, no sé cuál va a ser el futuro de este proyecto, pero si miramos lo que fue pasando en estos últimos nueve años en el país desde que los Kirchner están al frente del Poder Ejecutivo, tengo derecho a decir que me siento muy confiado. Por supuesto, ahora habrá que implementarlo y, sobre todo, financiarlo.

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